Esta expresión que usamos casi a diario para desear suerte nace en una época en la que la gente adinerada iba a caballo a ver el teatro y era dicha entre los profesionales del mundo de la actuación. Quería desear literalmente que obtuvieras mucha mierda, pues a más mierda hubiera en la puerta del local, más gente adinerada estaría observando la función, con todo lo que ello significaba.
Y hasta aquí la curiosidad de hoy.
Un saludo, Wimar
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